Saltar al contenido
>

Cómo encender una chimenea

Encender una chimenea suele ser una tarea fácil. Sin embargo, eso es lo que hace que algunas personas se olviden de ciertos pasos que resultan fundamentales para disfrutar mejor del fuego.

De hecho, lo que podría ser una noche agradable junto a la chimenea podría convertirse con facilidad en una habitación llena de humo.

Así que si quieres aprender cómo encender una chimenea con todas las garantías, aquí tienes una explicación de los métodos más recomendables que te permitirán disfrutar del fuego desde el primer momento.

Cómo encender una chimenea con una rejilla

chimenea con rejilla

Comprueba que el regulador del tiro esté abierto

El regulador del tiro es un mecanismo que controla la cantidad de aire que fluye a través del conducto por el que sale el humo. Así que palpa por dentro de la chimenea o mete la cabeza para comprobar el regulador del tiro con una linterna.

Debería haber una palanca que se pueda mover de alguna forma: el regulador se cerrará si mueves la palanca en una dirección y se abrirá si lo desplazas en la dirección contraria.

Así que comprueba que el regulador esté abierto, o de lo contrario el humo saldrá hacia la estancia en la que tengas la chimenea. También debes asegurarte de que el conducto no esté obstruido.

Por supuesto, si no sabes cómo encender una chimenea, debes tener en cuenta que estas comprobaciones son más fáciles de hacer antes de prepararlo todo para encender el fuego. Una vez que te hayas asegurado de que el regulador del tiro esté abierto, lo tendrás todo listo para ponerte manos a la obra.

Ventila la chimenea antes de encenderla

Si la chimenea tiene una puerta de vidrio, ábrela entre 15 y 20 minutos antes de encender el fuego. De esta forma, la temperatura del interior de la chimenea se igualará con la de la estancia. Esto es importante porque el aire frío es más pesado que el caliente.

Por lo tanto, si fuera hace mucho frío, es posible que se genere un flujo de aire frío que baje hasta el hogar de la chimenea y que se quede atrapado por la puerta.

Ahora bien, si abres la puerta y dejas que una parte del aire templado de la habitación suba por la chimenea, puede ser suficiente para iniciar el flujo de aire hacia arriba.

Comprueba el tiro

cerilla encendida

Si tienes dudas sobre cómo encender una chimenea, puedes recurrir a un truco muy sencillo para comprobar el tiro: enciende una cerilla cerca de la abertura del conducto y comprueba si el aire fluye hacia arriba o hacia abajo.

Si sigue descendiendo, debes encontrar una forma de hacer que vaya hacia arriba.

Nunca debes encender la chimenea si baja aire por el conducto. Para solucionarlo puedes quemar una pastilla de encendido o un leño de parafina.

En ambos casos, se mantendrán encendidos durante el tiempo suficiente como para calentar el hogar de la chimenea y ayudar a que el tiro vaya en la dirección correcta.

Además, generan poco humo. Para ello, sigue estos pasos:

  • Cierra el regulador del tiro. Esto evitará que el aire descienda y se meta hacia la habitación.
  • Pon la pastilla de encendido o el leño de parafina en la parte trasera de la pala de la chimenea, enciéndelo y colócalo en el hogar cerca de la abertura del conducto. El objetivo es calentar la parte superior del hogar de la chimenea.
  • Al principio, deja cerrado el regulador del tiro para que el hogar de la chimenea se ponga a temperatura ambiente.

Haz la base del fuego con papel de periódico u otro tipo de yesca

bolas de papel de periodico

El papel de periódico o la yesca ayudarán a encender el fuego y a generar un montón de llamas al principio. Así que arruga cuatro o cinco páginas de un periódico para formar bolas ligeras y colócalas en la rejilla de la chimenea a modo de base.

No pongas demasiado papel, o de lo contrario acabarás generando un montón de humo innecesario. Si no tienes papel de periódico, puedes usar cualquier otro tipo de yesca para generar la llama.

Para aprender cómo encender una chimenea debes tener en cuenta que la yesca puede ser cualquier material seco y ligero como el musgo seco, la paja o ramas finas que se puedan prender con una chispa.

También puedes usar yesca que contenga resina, como trozos de corteza de pino. Sin embargo, otra posibilidad es usar una pastilla de encendido.

En cualquier caso, la yesca se quema con rapidez. Por lo tanto, la clave está en colocar suficiente yesca bajo las ramas como para que éstas empiecen a quemarse.

Eso sí, nunca utilices ningún tipo de acelerante (como líquido para mecheros, gasolina o diésel) cuando enciendas un fuego dentro de casa.

Apila ramas secas sobre la yesca

ramas secas

Es importante que crees una base estable para los troncos más grandes. Las ramas secas se prenden con más facilidad que los troncos, por lo que ayudan a generar una llama más grande al principio y a mantener el fuego durante más tiempo.

Eso sí, asegúrate de apilar las ramas horizontalmente. Por lo tanto, debes aplastarlas sin que queden levantadas. Además, tienes que dejar huecos para que pase el aire. El motivo es que el aire es igual de importante que el combustible para un fuego.

Así pues, apila las ramas por capas entrecruzadas. Para ello puedes colocar dos o tres ramas más grandes encima del papel de periódico, y luego otras dos o tres encima en posición perpendicular, creando una especie de rejilla.

A continuación, sigue apilando ramas más pequeñas colocando cada nivel perpendicular con respecto al anterior.

Coloca uno o dos leños grandes sobre la base de ramas

encendiendo chimenea

Dependiendo de cómo hayas colocado las ramas, es posible que puedas poner encima un par de leños de forma segura. En general, es preferible optar por los leños más pequeños.

Además, aunque los más grandes puedan quedar mejor visualmente, tienen una mayor superficie que hará que resulte más complicado prenderles fuego.

Por lo tanto, casi siempre es preferible usar dos leños pequeños en lugar de uno grande. Así que apila la leña hasta la mitad de la altura del hogar de la chimenea.

No es recomendable que el fuego se descontrole cuando lo enciendas, y siempre podrás añadir más leña cuando sea necesario.

Empieza encendiendo el papel de periódico

chimenea con la puerta abierta

Eso hará que las ramas empiecen a quemarse. Durante la primera media hora debes controlar el humo. Si el tiro funciona correctamente, el humo debería ser prácticamente indetectable.

Ahora bien, si no tienes muy claro cómo encender una chimenea y el humo se vuelve negro, quiere decir que el fuego no está recibiendo suficiente oxígeno.

En ese caso, tienes que usar el atizador para levantar con cuidado el montón de leña. Sólo tienes que levantarlo un poco, como si estuvieras usando un gato hidráulico para cambiarle la rueda a un coche. El objetivo es conseguir que se meta algo de aire por debajo del montón.

En este sentido, si las brasas están demasiado amontonadas debes usar el atizador para extenderlas por debajo del fuego, dejando unos centímetros de espacio para que pase el aire.

Por último, si el humo es gris querrá decir que la mayoría del combustible está saliendo por el conducto de la chimenea en lugar de quemarse. En ese caso, lo más probable es que no encendieras el fuego de forma correcta.

También es posible que hayas usado madera húmeda. Sin embargo, existe la posibilidad de que el fuego tenga demasiado oxígeno.

Esto puede resultar confuso, pero lo cierto es que el fuego depende de que exista un delicado equilibrio entre el aire y el combustible.

Así que cuando hay demasiado oxígeno, el fuego puede tener problemas para consumir suficiente combustible, lo que a su vez puede generar más humo de lo normal.

Abre un poco una ventana

ventana abierta

Si sigues teniendo problemas para lograr un buen tiro en la chimenea y se mete humo en la habitación, prueba a abrir una ventana dos o tres centímetros.

Este truco funciona mejor si la ventana está situada en una pared opuesta a la chimenea y hay pocos obstáculos (no es recomendable que haya personas en medio). A veces, esto facilita que el humo pueda elevarse por el conducto de la chimenea.

Si hay personas entre la ventana y la chimenea, acabarán cogiendo frío porque el fuego empezará a succionar aire que será absorbido desde la ventana.

Esto creará un flujo de aire frío entre la propia ventana y la chimenea. Así que lo mejor es apartarse y dejar que circule el aire.

A veces, si la chimenea no es lo bastante alta, ésta puede ser la única forma de que tire bien y la habitación no se llene de humo. Eso sí, el resto de la habitación se calentará con normalidad, de forma que sólo hará frío en el trayecto que hay entre la ventana y la chimenea.

Añade troncos más grandes

leños ardiendo

Si no tienes muy claro cómo encender una chimenea pero quieres asegurarte de que el fuego dure un buen rato por la noche, tienes que cerciorarte de que haya brasas. En concreto, si el fuego va bien, deberías empezar a ver brasas al rojo vivo en la parte inferior.

Así que cuando eso ocurra, coge un leño más grande del tamaño de tu muslo. Entonces, colócalo con cuidado sobre el fuego asegurándote de que el montón de leña no se incline hacia ningún lado.

Los leños más grandes tardan más en encenderse, pero cuando lo hacen se queman durante más tiempo sin tener que moverlos.

De esta manera, las brasas al rojo vivo permitirán mantener el calor para que sigas estando cómodo durante un par de horas más.

Eso sí, asegúrate de que los troncos no se muevan rodando. De hecho, el hogar de tu chimenea debería disponer de algún elemento de protección en la parte frontal. En cualquier caso, nunca dejes el fuego desatendido.

Remueve la leña al menos media hora antes del momento en el que quieras que se apague

Rómpela con el atizador e intenta extender las brasas tanto como puedas por el hogar de la chimenea. Cuanto más las extiendas, más rápido se consumirán.

Además, deberías comprobar que el fuego se ha apagado para cerciorarte de que las brasas se hayan extinguido.

En ese caso, cierra el regulador del tiro para que no pierdas el valioso calor de tu casa por el conducto de la chimenea.

Cómo encender una chimenea sin una rejilla

chimenea sin rejilla

Coloca dos troncos grandes (cuanto más, mejor) en paralelo con una separación de unos 40 centímetros. Asegúrate de que queden perpendiculares a la abertura de la chimenea o al panel de la puerta cuando está cerrada. Estos troncos grandes servirán como base para el fuego y contendrán las brasas que lo alimentarán.

Coloca un tronco perpendicular sobre los dos de la base

Este tronco debería tener el diámetro de tu antebrazo, con una posición paralela y próxima a la abertura de la chimenea o al panel de la puerta.

Su finalidad es mantener en su sitio el resto de la leña y garantizar la ventilación para que el fuego pueda succionar aire fresco desde la parte inferior.

Arruga papel de periódico (sin acabado brillante) en el fondo de la chimenea

Si tienes dudas sobre cómo encender una chimenea y no dispones de papel de periódico, también puedes usar otro tipo de yesca a modo de base, como ramas finas o virutas de madera.

Coloca algunas ramas secas sobre los papeles de periódico

No coloques todavía troncos más grandes ni combustible. Si apilas las ramas formando una especie de rejilla, asegúrate de dejar suficiente espacio entre ellas como para que el aire pueda pasar.

Enciende el fuego con los periódicos o las ramas secas

ramas secas ardiendo

Cerciórate de que la yesca comience a quemarse. Lo normal es que empieces a oír chasquidos.

Coloca más troncos junto al transversal

Estos troncos deberían tener la mitad del diámetro de tu antebrazo, y debes colocarlos paralelos al transversal que pusiste al principio. Debes repetir siempre la misma disposición: dos troncos grandes y otro perpendicular sobre ellos para sujetar el resto de la leña.

En cualquier caso, asegúrate de que los troncos no se descoloquen rodando.

  • spotify
  • youtube

Desarrolla tu masculinidad con nosotros

Si te interesa la mejora personal en todas sus formas, únete.
Una comunidad de multipotenciales que aprende y se divierte.

Únete a la comunidad

  • Comunidad: canales de daygame, relaciones, psicología…
  • Podcast premium: episodios sólo para miembros.
  • Boletín privado: los únicos correos que mandamos.