Escuchar es una de las habilidades más importantes que puedes tener. Lo bien que escuches tiene un gran impacto en la eficacia de tu trabajo y en la calidad de tus relaciones con otras personas.
Navega por el contenido
¿Qué es la escucha activa?
La escucha activa requiere que escuches atentamente a un interlocutor, comprendas lo que dice, respondas y reflexiones sobre lo que se dice y retengas la información para más tarde.
Esto hace que tanto el que escucha como el que habla participen activamente en la conversación, y es un componente esencial del liderazgo compasivo. Utiliza técnicas de escucha activa, como prestar mucha atención al comportamiento y al lenguaje corporal del orador para comprender mejor su mensaje.
Indica que estás siguiendo la conversación con señales visuales, como asentir con la cabeza y mantener el contacto visual.
Evita las posibles interrupciones, como el movimiento inquieto y el ritmo.
Escuchar activamente y reflexionar, responder y dar opiniones no siempre es fácil. Las presiones y exigencias diarias a menudo superan nuestro trabajo, lo que nos deja poco tiempo y energía para concentrarnos en escuchar y orientar realmente a nuestros subordinados directos.
A diferencia de la escucha crítica, un oyente activo no intenta evaluar el mensaje y ofrecer su propia opinión, sino simplemente hacer que el orador se sienta escuchado y validado.
Los beneficios de la escucha activa
Antes de sumergirnos en técnicas específicas de escucha activa y en cómo mejorar tus habilidades de escucha activa, es importante dar un paso atrás y comprender por qué son importantes.
Ayuda a establecer la confianza entre las partes
Mostrando empatía por los demás, puedes fomentar la seguridad psicológica. Ser un oyente atento, hacer preguntas, buscar aclaraciones y animar a los demás a compartir su perspectiva reforzará tu papel como cónyuge, amigo, colega, entrenador y mentor.
También puede ayudar a crear un sentimiento de pertenencia en el trabajo.
Te permite entrenar a otros con mayor eficacia
Ser un oyente fuerte y atento inspirará a tus compañeros de trabajo y subordinados directos a respetarte, y probablemente verás mejoras en tus relaciones con ellos como resultado.
En cuanto empieces a poner en práctica el conjunto de habilidades de escucha activa, notarás el impacto positivo que tiene en diversos ámbitos, como en las relaciones personales y profesionales, en el trabajo y en diversas situaciones sociales.
Técnicas de escucha activa
Si estás interesado en mejorar tu capacidad de escucha activa, las técnicas que se enumeran a continuación pueden resultarte útiles. Se derivan de la noción de que la escucha activa es una práctica que siempre puede mejorarse.
Céntrate en la intención y el propósito de la conversación
La escucha activa comienza con la intención de ser consciente y receptivo a la otra persona -incluyendo la intención y el propósito de la conversación- para comprenderla de verdad y empatizar con ella. Incorporar la atención plena a la escucha activa significa que el interlocutor tiene toda tu atención.
Estar atento significa, en general, ser respetuoso y consciente del momento presente. Nada de soñar despierto, nada de interrumpir y nada de pensar en lo que vas a decir como respuesta.
En lugar de eso, asimila el contenido y el propósito de sus palabras y de su lenguaje corporal. De ese modo, tú y el orador construiréis una conexión auténtica.
Presta atención al lenguaje corporal
Gran parte de la comunicación se basa en lo no verbal. De hecho, en una conversación cara a cara, la comunicación es un 55% no verbal, un 38% vocal y un 7% verbal, según el investigador Albert Mehrabian.
El lenguaje corporal se refiere a los gestos y movimientos conscientes e inconscientes que expresan o transmiten información. Puede incluir expresiones faciales, postura, gestos con las manos, contacto o movimiento ocular y tacto.
Cuando escuches a los demás, ten en cuenta lo que dice tu lenguaje corporal. Asentir con la cabeza, establecer contacto visual o sonreír (si procede) son señales excelentes para mostrar que estás prestando atención.
Da señales verbales alentadoras
Las señales verbales son respuestas que un oyente puede expresar para mostrar que entiende lo que se está compartiendo.
Esto incluye lo que el profesor de Wharton Maurice Schweitzer considera «estímulos mínimos», como responder «sí, ya veo» o «mmhmm» o «lo entiendo». Suelen utilizarse junto con gestos y expresiones, como sonreír o asentir con la cabeza.
A su vez, el hablante puede dar señales verbales cuando quiere que el oyente preste más atención, como hablar más despacio o más alto para enfatizar determinados puntos, subrayar ciertas palabras, utilizar un tono de voz diferente o hacer una pausa. En ese silencio, pueden esperar una respuesta de su oyente.
Aclara y parafrasea la información
A veces, no basta con asentir y mantener el contacto visual en una conversación. En el trabajo, puedes tener dudas sobre si tu interlocutor ha captado toda la información.
Aclarar y parafrasear la información al interlocutor puede ayudaros a ambos a rellenar las lagunas de comprensión.
En situaciones formales, con un supervisor o un profesor: Parafrasear la información puede ayudarte a asegurarte de que has entendido completa y exactamente lo que la otra persona intenta comunicar.
- Supervisor: «Acabo de terminar una reunión con el personal ejecutivo, y tu propuesta de presupuesto ha sido aprobada condicionalmente para el próximo trimestre».
- Informe directo: «¿Así que podemos empezar a contratar para los nuevos puestos siempre que cumplamos nuestro objetivo trimestral? ¿Es correcto?»
- Supervisor: «Sí, exactamente».
Haz preguntas
Hacer preguntas puede eliminar la confusión. Puede que creas que has procesado la mayor parte de lo que te han dicho, pero sigues teniendo preguntas. Haciendo preguntas aclaratorias, te aseguras de que has oído la información correcta.
Como oyente activo, también puedes demostrar interés haciendo preguntas. Hacer una pregunta abierta puede animar al orador a desarrollar una idea importante o interesante.
También demuestra que has estado escuchando atentamente hasta ese momento, y que quieres saber más. Esto puede alimentar un vínculo entre el orador y el oyente.
Abstente de juzgar
Al practicar la escucha activa, es importante permanecer abierto, neutral y sin juzgar. Lo maravilloso de dar los pasos necesarios para ser un mejor oyente es que puedes comprometerte con nuevas ideas, perspectivas y oportunidades a las que quizá nunca habías accedido antes.
No juzgar, evitar las críticas y abordar cada conversación con la mente abierta puede abrirte muchas puertas.
Resume, comparte y reflexiona
Hacia el final de tu interacción, asegúrate de terminar con una nota alta.
Comparte un resumen rápido o unas notas sobre lo que ha dicho el orador.
Si se te pide, expresa tus pensamientos y opiniones de forma que demuestres que has asimilado la información.
En entornos informales, compartir pensamientos y sentimientos puede conducir a conversaciones más profundas y significativas.
Tras la interacción, reflexiona sobre lo que has aprendido. Tanto si ha sido una conferencia, una entrevista o una conversación con un viejo amigo, puede que tengas sentimientos o ideas fuertes que necesites procesar o poner por escrito. Quizá quieras compartir tus reflexiones con tu profesor, colega o amigo. No dudes en ponerte en contacto con ellos e interactuar después de la interacción inicial.
Señales de Escucha Activa
Ésta es una lista genérica de signos no verbales de escucha; en otras palabras, es más probable que las personas que escuchan muestren al menos algunos de estos signos. Sin embargo, estos signos pueden no ser apropiados en todas las situaciones ni en todas las culturas.
Sonríe
Las pequeñas sonrisas pueden utilizarse para mostrar que el oyente está prestando atención a lo que se dice o como forma de estar de acuerdo o contento con los mensajes que se reciben.
Combinadas con asentimientos de cabeza, las sonrisas pueden ser poderosas para afirmar que los mensajes se escuchan y se entienden.
Contacto visual
Es normal y suele ser alentador que el oyente mire al orador. Sin embargo, el contacto visual puede ser intimidatorio, sobre todo para los oradores más tímidos: calibra cuánto contacto visual es apropiado para cada situación.
Combina el contacto visual con sonrisas y otros mensajes no verbales para animar al orador.
Postura
La postura puede decir mucho sobre el emisor y el receptor en las interacciones interpersonales. El oyente atento tiende a inclinarse ligeramente hacia delante o de lado mientras está sentado.
Otros signos de escucha activa pueden ser una ligera inclinación de la cabeza o apoyar la cabeza en una mano.
Reflejo
Reflejar/espejar automáticamente cualquier expresión facial utilizada por el interlocutor puede ser un signo de escucha atenta.
Estas expresiones reflexivas pueden ayudar a mostrar simpatía y empatía en situaciones más emotivas. Intentar imitar conscientemente las expresiones faciales (es decir, no reflejarlas automáticamente) puede ser un signo de falta de atención.
Distracción
El oyente activo no se distraerá y, por tanto, se abstendrá de moverse nerviosamente, mirar el reloj, hacer garabatos, jugar con el pelo o hurgarse las uñas.
Evalúa tu eficacia en la escucha activa
Muchas personas dan por sentada su capacidad de escucha. A menudo asumimos que es obvio que estamos practicando la escucha activa y que los demás saben que se les escucha.
Pero la realidad es que a menudo luchamos con tareas y funciones que están directamente relacionadas con la escucha activa. Aceptar bien las críticas, ocuparse de los sentimientos de la gente e intentar comprender lo que piensan los demás requieren una gran capacidad de escucha activa.
Incluso con la mejor de las intenciones, puedes estar enviando inconscientemente señales de que no estás escuchando en absoluto. Puede que necesites repasar tus técnicas de escucha activa si alguna de las siguientes preguntas te describe. A veces:
- ¿Te cuesta concentrarte en lo que se dice, sobre todo cuando la persona que habla se queja, divaga o cotillea?
- ¿Piensas en lo que vas a decir a continuación, en lugar de en lo que está diciendo el orador?
- ¿Te disgusta cuando alguien cuestiona tus ideas o acciones?
- ¿Te desconcentras cuando el orador tiene una actitud negativa?
- ¿Dar consejos demasiado pronto y sugerir soluciones a los problemas antes de que la otra persona haya explicado completamente su perspectiva?
- ¿Dices a la gente que no se sienta como se siente?
- ¿Hablas mucho más de lo que habla la otra persona?
Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, no estás solo.
Cómo mejorar tus habilidades de escucha activa
Para potenciar tus habilidades de escucha activa, intenta poner en práctica estas técnicas:
- Limita las interrupciones. Silencia cualquier tecnología y aléjate de las distracciones para poder prestar toda tu atención a la otra persona. Fíjate también en el tono de voz y el lenguaje corporal de la persona.
- Presta atención a lo que se dice, no a lo que tú quieres decir. Ponte como objetivo ser capaz de repetir la última frase que diga la otra persona. Esto mantiene tu atención en cada frase.
- Acepta el silencio. No tienes que responder siempre o hacer un comentario. Una pausa en el diálogo puede darte la oportunidad de ordenar tus pensamientos.
- Anima a la otra persona a ofrecer ideas y soluciones antes de dar tú las tuyas. Procura hacer el 80% de la escucha y el 20% de la conversación.
- Repite los puntos clave que has oído y pregunta si son correctos. «Déjame ver si te he oído bien…» es una forma fácil de aclarar cualquier confusión.
- Considera la posibilidad de volver a tratar el tema. Puedes escuchar sin hacer comentarios y no estar de acuerdo con las quejas. Si es algo en lo que quieres profundizar, pide a la persona que lo escriba junto con una posible solución, y luego fija otro momento para discutirlo.
Desarrolla tu masculinidad con nosotros
Si te interesa la mejora personal en todas sus formas, únete.
Una comunidad de multipotenciales que aprende y se divierte.
- Comunidad: canales de daygame, relaciones, psicología…
- Podcast premium: episodios sólo para miembros.
- Boletín privado: los únicos correos que mandamos.